jueves, 5 de abril de 2012

Un temporal llamado Foo Fighters

  El día dos del Quilmes Rock quedará por siempre en la memoria de todos los que estuvieron allí. Cortocircuitos, lonas voladas, chispazos, luces rotas y una banda de Seattle que pasó por River llamada Foo Fighters, que no se quedó con nada y que hasta se animó a disculparse por ser la primera vez que pisaban estas tierras. "Les pido perdón por haber tardado tanto en venir a tocar. Nos han convencido de que son la mejor audiencia del mundo", tiró su cantante, Dave Grohl, mientras escuchaba atónito los cantitos del público argentino.
 
  El cielo avisaba desde temprano y era de en serio. Las nubes nos miraban fijas, amenazantes. Finalmente el estadio se techó de un oscuro gris y esas mismas nubes descargaron su potencia líquida sobre el show de los Arctic Monkeys, que ni se despeinaron ante tanta furia de la naturaleza. Hicieron su set, sin complicaciones, pero claro, hechos sopa inglesa. Y se venía el turno de los reyes de la noche, los Foo Fighters, los chicos malos de Seattle (tierra de chicos malos si las hay).
     La lluvia no dio derecho a réplica por casi una hora. El agua caía sin piedad. Las plateas comenzaban a vaciarse, pero nadie se había ido -nadie se quería ir-, la multitud estaba amontonada bajo los escasos techos con los que cuenta el estadio Antonio V. Liverti, o hacinados en los aros de acceso a las bocas. Eran 17 años de espera y aquella expectativa se transformaba en impaciencia, y luego en incógnita: “¿Saldrán a tocar? ¿Se suspenderá?”, se escuchaba por cada rincón del recinto. El temporal era muy fuerte y el estadio se iluminaba con cada chispazo de un cortocircuito en una de las torres de sonido, las lonas del techo del escenario volaban, el sistema lumínico de los Foo Fighters se destruía y a los técnicos se les acababan las manos para tapar todos los instrumenoos y equipos con las bolsas de consorcio. Para la gente del campo, la cosa estaría aún más complicada: no había resguardo alguno y el agua hacía lo suyo sobre el ejército de remeras de las “FF”. Se cubrían con lo que podían: camperas, pilotos de nylon y, algunos más audaces, eligieron taparse con las placas que servían para proteger el campo de juego. Agua + Viento: Frío. ¿Pero qué importaba? Las ganas de ver a Grohl rockear eran mayores.
  Hasta que San Pedro -o Confessore, quién sabe quién será aquí el rey de la meteorología- se cansó y decidió bajar la intensidad: era hora de subir los sonidos y entrar en calor al son de un ex Nirvana. De repente, ante la concurrencia distraída, Grohl sale rasgando un acorde de guitarra imperceptible y mostrando los dientes. Así avisaba que la cosa iba a ser con furia. El recital se iba a hacer cueste lo que cueste: “Va a ser una larga y jodida noche. No me importa la lluvia, no me importa el agua, porque esperé 17 años para venir acá”. Sonaba “All my life” y la temperatura había subido a 30 grados en tres minutos.
  Por momentos, desde el campo, se nublaba la visión ya que el vapor que se había producido por la condensación humana creaba una capa tan espesa que impedía ver el show con claridad. Todas las luces del estadio se mantuvieron encendidas durante el show por seguridad y por pedido de la misma banda. “Por lo menos así puedo verlos”, tiraba el cantante. Los coros de cada riff eran seguidos por los ya característicos “uoo, uoo” de los espectadores, y a Grohl eso le fascinaba. Se tomaba su tiempo para ver el aliento de un público de rock que, por este tipo de actitudes, ya es reconocido y valorado por varias de las mejores bandas del mundo. La lluvia para ese entonces, ya había cesado y pedía cambio; pero entraba a la cancha la humedad, que atacaba duro.
  "Estábamos en el backstage y escuchaba la lluvia sobre el techo del lugar. Pero ustedes me hicieron olvidar todo el diluvio, son fuckings increíbles. Les pido disculpas por haber tardado tanto en venir a tocar. Nos han convencido de que son la mejor audiencia del mundo. Siempre nos decían eso y era muy difícil de entender”, expresaba el frontman desde el escenario y el estadio explotaba en aplausos, mientras el protagonista de aquella frase se tomaba para los flashes una lata de Quilmes hasta el final cual publicidad veraniega.
  En el tema diez se dio algo pocas veces visto desde la creación de Foo Fighters, allí por 1995: el mismo Grohl, ante la insistencia del público, se dirigió a los tambores para recordar su papel en “viejas bandas” y entregó sus dotes a “Cold day in the sun”, un tema ganchero cantado en todas las oportunidades por su batero, Taylor Hawkins, que esta vez hizo lo propio como frontman, pero que cada vez que estuvo al frente de la batería sacó -literalmente- agua de los parches.
  En comparación al recital del día anterior hubo una mayor concurrencia y la lista de temas fue levemente retocada. Por otra parte, el show tuvo todos los condimentos para ser inolvidable: homenajes a Queens of the Stone Age, Pink Floyd, Iron Maiden, un imitación bizarra de Freddie Mercury de la mano de Hawkins y, sobre el final, fue invitada Joan Jett, para tocar junto a ellos su “Bad reputation”. Más tarde, se pudieron notar pequeñas secuelas de aquel agitado día en la vida de los Foo Fighters: Grohl carraspeaba con cada grito que, con viento a favor, podía ser fácilmente escuchado en las costas de Uruguay.  
  Y para cerrar la velada con formato de fiesta, qué mejor que hacerlo con Everlong. Pogo, saltos lunares, nenas en corpiño, remeras mojadas al viento, y, sin ánimo de clichés, puro rock. Grohl había entendido todo, y amenazaba sobre el final: “Vamos a volver más seguido de lo que ustedes piensan”.


  A las afueras del estadio, el Río de la Plata nos esperaba más cerca de lo que suponíamos. Tan próximo que había desembocado anárquicamente por Udaondo y Libertador sin previo aviso. Hoy me levanté con dolor de cabeza, resfriado y afónico, pero nada importa. Quizás, sin aquella tormenta, hoy no estaría aquí transmitiendo la inolvidable experiencia ayer vivida. Eso sí: espero volver a escribir pronto otra crónica sobre el mismo tema, pero antes de otros 17 años.


6 comentarios:

  1. Crónica de una lluvia anunciada. Valió la pena empaparse!

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  3. Yo estuve ahi, y doy fe de todo lo que dijiste...excelente nota!!!saludos!

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  4. Qué buena fecha! La nota me hizo revivir todo lo del miércoles

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  5. Que exelente show!!!!Como hace uno para reponerse despues de ver algo semejanteeeeeee!!!!!!Que vuelvan!!!!!!!!

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  6. Muy buena tu reseña. Fue una noche inolvidable, por la increíble buena onda de la banda y por todo lo demás. Espero que vuelvan pronto como prometieron, y esa vez sí "seré campo", como me consoló alguien por ahí. :)
    Saludos!

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